domingo, 19 de junio de 2011

El Tiempo

Querido amigo:

Bienvenido, presintió que le saludaban. Decimos "presintió", por no encontrar otro término más apropiado para describir lo indescriptible... ¿Lo "indescriptible"? Así parece..., lo "indescriptible" se revelaba ante él, o tal vez ella (en este relato, tanto da "él" como "ella"). No podía oír y, sin embargo, presentía nítidamente todos los sonidos del mundo. Tampoco podía ver y, no obstante, todo presentía ver. En resumen, se hallaba en un estado indefinido en el que sus cinco sentidos parecían haberse desvanecido mientras que "presentía" cuanto había acaecido, cuanto sucedía y cuanto hubiera de ocurrir. ¿Lo entiendes ahora, lo "indescriptible"?

Ahora lo entiendo todo, todo cobra sentido en mi, presintió que respondía. ¿Respondía? ¿A quién respondía? Al fin te veo cara a cara... Siempre he sabido que estabas ahí.

Siempre, yo soy Siempre, Yo soy Todo. Siempre has estado conmigo y Yo he estado en ti, pues soy el Tiempo.

¿El Tiempo?

Sólo los seres racionales me sienten, mejor dicho me "presienten"... ¿Conoces algún otro ser de la Naturaleza que me "presienta"? Tomemos, por ejemplo, un simio ¿crees que se preocupa por el paso del Tiempo? ¿Siente el Tiempo? El Tiempo surge de la Razón, y en toda la Naturaleza, sólo los seres humanos cuentan con Razón... Aunque no sepáis hacer buen uso de ella.

Entonces, ¿dado que tenemos Razón podemos sentir el Tiempo?

Efectivamente.

¿Quiere decir que el Tiempo reside intrínsecamente en cada persona?

En realidad, el Tiempo reside en la Razón que desarrolla toda persona.

Muy interesante... El Tiempo... ¿Pero qué es el Tiempo?

El Tiempo pasa y los seres humanos apenas tomáis conciencia del mismo. Me denomináis de muchas formas: años-luz, milenio, siglo, década, lustro, año, mes, día, hora, minuto, segundo, etc... Me sentís sólo como el Presente, pues os falta el poder de "presentir" el Pasado y el Futuro, como ahora "presientes".

Es cierto... ¿Qué dimensión tan extraña es esta donde me hallo? El Presente, el Pasado y el Futuro confluyen, y claramente puedo apercibirlos.

¿Dimensión? No hay dimensiones aquí.

No es posible, ¿cómo que no hay dimensiones? Todo tiene sus tres dimensiones: largo, ancho y alto. ¡Cómo si no!

Los pensamientos carecen de forma, no son aprehensibles por los cinco sentidos que los seres humanos habéis identificado. Los pensamientos y los sentimientos no poseen volumen, no se miden en largo, ancho o alto ¿comprendes? No hay materia. La Ciencia de los seres humanos no concibe que pueda existir algo sin materia, sin dimensiones, sin tiempo... Vuestra Ciencia ha acuñado una palabra para describir algo ingrávido, adimensional y atemporal: la Nada.

Por ello muchos han negado tu existencia.

Tú lo has dicho. Al menos han creído que Yo soy la Nada, sólo porque no cabía en sus cálculos.

¡Pero los sentimientos sí existen!

No se miden. Recuerda, los seres humanos sólo habéis sabido moveros en el restringido mundo que aprehendéis a traves de la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. ¿Nunca se os ha ocurrido imaginar que contáis con otros sentidos?

¿Quieres decir que los seres humanos podemos observar los sentimientos, los pensamientos de unos y otros?

¡Otra vez con lo mismo! Entiendo que aún razonas dentro de tus limitaciones lingüísticas. "Observar", lo que se dice "observar" los sentimientos de los demás, no podéis, a menos que los artistas traduzcan sus sentimientos en obras reconocibles por los cinco sentidos que conocéis. Sin embargo, con los "sentidos no descubiertos aún", para los que vuestros idiomas aún carecen de vocablos concretos, podéis sentir los sentimientos de los demás.

No entiendo, me he perdido.

¿Nunca has amado a alguién?

Sí.

Entonces, has estado cerca de experimentar el sentimiento de los demás. Te pongo de ejemplo el Amor, porque es el único sentimiento por el que los seres humanos habéis llegado a intuir que disponéis de otros "sentidos" más allá de la vista, oído, tacto, gusto y olfato.

Ahora creo que comprendo. Pero aún tengo dudas.

Nada más fácil. Tan sólo concéntrate en los sentimientos de otro ser humano, quienquiera que tú elijas. Ahora te encuentras conmigo, donde para nada necesitas de tus cinco sentidos (en realidad, ya nunca más los necesitarás), donde sólo puedes usar tus "otros sentidos". Inténtalo.

Él, o ella, se concentró tal y como le indicaba el Tiempo. Enseguida se sintió abrumado por millones de sentimientos.

¡Tranquilo! La primera vez no resulta fácil. Concéntrate en alguien en particular.

Una vez más, probó a concentrarse. Eligió a su padre y, claramente, sintió y comprendió sus sentimientos.

¿Ya lo has sentido? Prueba con tus tataranietos.

No tengo tataranietos, sólo un hijo.

Recuerda que Yo soy el Tiempo, y que en mi reino confluyen Pasado, Presente y Futuro.

No entiendo ¿cómo puedo sentir los sentimientos de alguien que no ha nacido aún?

Porque eres inmortal.

¡Cómo inmortal!

Escucha, te lo traduciré en un concepto físico que entenderás enseguida. ¿Recuerdas la velocidad de la luz?

Sí.

Bueno, pues a mi lado, como Yo soy el Tiempo, también soy la Luz. Es decir, que la Ciencia de los seres humanos se ha acercado mucho a mí cuando, haciendo uso de las matemáticas y la Física, estimó la velocidad de la luz.

Me he perdido, de nuevo.

Presta atención. Imagina que fueras capaz de viajar a la velocidad de la luz. Imagina que pudieras distinguir los fotones de un haz de Luz.

Entonces, él o ella, sintió una fuerte sacudida de energía. Millones de millones de acontecimientos pasaron por él, o por ella.

¡Es increíble! ¡Viajo a través del Tiempo! ¿Es este uno de esos "sentidos por descubrir"?

No, los seres humanos no pueden sentir el Tiempo como tú acabas de sentirlo ahora.

¿Por qué?

Muy sencillo, porque estáis hechos de materia. Si el cerebro humano fuera tan rápido como para captar un fotón, habría de estar hecho de otra materia más resistente. Si el cerebro humano funcionara a la velocidad de la luz, la vida terrestre pasaría en un abrir y cerrar de ojos ¿comprendes?

No.

¡Que el cerebro humano habría de estar compuesto de fotones, de Luz, de Energía, para poder viajar sin masa por el Tiempo y el Espacio!

Entonces, si el cerebro humano no puede experimentar la velocidad de la luz ¿qué acabo de sentir hace un instante?

Me parece que aún no te has percatado de que ya no moras en la Tierra, de que ya no moras en el siglo XXI, de que ya no tienes cuerpo, de que te encuentras en el Tiempo.

¡Pero eso es maravilloso! ¡Ahora comprendo! ¿Estoy soñando?

Siento decirte que no, no estás soñando. Concéntrate en ti mismo.

Él, o ella, presintió entonces una visión de sí mismo. Yacía en medio de una calle atestada de gente. Conforme se concentraba y se acercaba a sí mismo, reconoció las sucias calles de Calcuta por donde solía mendigar un poco de pan. Reconoció a los miles de personas que pasaban por delante de él, desviando la mirada para no verle. Se acercó aún más a sí mismo, hasta reparar en que su cuerpo, rígido, frío y pálido, no respiraba. Entonces, le invadió un terror enorme...

Entonces, si no estoy soñando... Estoy...

Sí, has dejado la vida tal y como la habías conocido hasta ahora, y desde ahora estarás a mi lado, al lado del Tiempo.

¿Y no puedo regresar a la Vida?

Nunca has abandonado la Vida, recuerda que te he dicho que eres inmortal.

Me refiero a volver a la Tierra, a mi cuerpo. ¡Recobrar mis cinco sentidos!

Yo soy el Tiempo, no tú. Para ti y para cualquier ser humano, Yo sólo avanzo en una dirección: del pasado hacia el futuro. Si tú pudieras cambiar la dirección del Tiempo, entonces tú serías Yo.

Así es como un mendigo que murió de hambre por las calles de Calcuta descubrió la atemporalidad e ingravidez de la Vida. Lástima que, como cualquier ser humano desde que el Tiempo es Tiempo, no pueda regresar a desvelar estos insondables misterios a la Humanidad.

Un abrazo

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