Querido amigo:
¿Qué vamos a hacer hoy? ¿Qué hicimos hace una semana? ¿Y hace un mes? Es muy posible que encontremos muchas semejanzas entre el día de hoy y los de hace una semana y un mes, un año... Rutina...
Esa rutina que nos atrapa ¿y qué, si nos encontramos a gusto? Esa placentera rutina, como una cálida manta en una noche de invierno. Nos resistimos a salir al frío exterior. Y el exterior nos aguarda, paciente, mientras la arena del reloj corre y corre...
Amigo mío, pensemos hasta qué punto somos dueños de nuestro tiempo... La rutina, como todo, se ha de tomar en moderadas dosis. Rutina, poniendo orden en nuestras atareadas vidas; pero sin aniquilar nuestra capacidad para obrar, para pensar, para evolucionar. Si no somos dueños de nuestro tiempo, nos debemos a los demás y, por tanto, hemos de combatir la pereza que sentimos para escapar de la rutina.
Un abrazo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario