Querido amigo:
Ya hemos reflexionado otrora sobre la sutileza de la vida en la inmensidad de la Historia. No hay tiempo para llevar a cabo cuanto llevamos en el cerebro. ¡Qué condena!
La vida es mucho más corta de cuanto individualmente podemos concebir ¿no crees? Nos vienen muchas ideas a la cabeza para vencer al tiempo ¡vencer al tiempo! No malgastarlo; la factura nunca se podrá pagar... Trascender a nuestra individualidad, a nuestro egoísmo, a nuestros institntos,... y formar todos juntos una cadena inmortal con la que atemos al tiempo -lo detengamos, generación a generación- si fuera sólo un instante...
¿Será tal nuestro fin en la vida? ¿Detener el tiempo? ¿Interrumpir su inexorabilidad por un instante? ¡Qué paradoja! Un instante que no pasa ¿será posible? Ese instante en que nos sublimamos, compañero, en el que toda nuestra humanidad alcanza su culmen.
Un paradójico abrazo
domingo, 23 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Me encanta la reflexión, quizás la vida, toda la vida humana no sea más que una reacción ante la ineluctable instancia de temporalidad, ante la muerte. De ese abismo sacamos un mundo, riqueza y tragedia, es poesía, una condición difícil pero que es la nuestra, un abrazo
Publicar un comentario