Querido amigo:
Toda sociedad posee sus héroes, esos ídolos que encarnan la identidad propia de una época. Precisamente, por representar a sus contemporáneos, lo mejor de un pueblo, dichas personalidades despiertan el orgullo de sus admiradores. Los héroes pertenecen al pueblo, que los encumbra o lapida.
Las artes, las ciencias, el espectáculo, el deporte, la política, etc... son el caldo de cultivo de donde emergen los ídolos. Detrás de cada uno hay ser humano, aunque a veces no parezcan de este mundo. No parecen humanos porque los héroes han pisado los umbrales de lo humano, han vuelto de allí donde nadie jamás ha estado. Más allá, todo por descubrir.
Por ello, habemos héroes advendeizos y pasajeros -los que no conocen las fronteras humanas-, y verdaderos héroes -quienes, conscientes de haber llegado a los límites, asumen la enorme responsabilidad de iluminar al mundo entero-. Estos últimos ya no conocen patrias, sino que son ciudadanos del mundo, la Historia no olvidará jamás su obra, su muerte deja un sentimiento de orfandad en el planeta. Orfandad porque, en vida, son como padres que velan por sus hijos, son como un faro en medio de una tempestad, y garantes de que existen en la Humanidad esperanzas de progreso y felicidad.
¿Quiénes son tus héroes?
Un abrazo
domingo, 20 de junio de 2010
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2 comentarios:
Saramago. Descanse en paz.
es curioso pero hoy parece que el concepto de héroe se ha quedado en algo mediático y movido por efímeras modas, la superficie reina y ¿no se contradice acaso eso con el concepto mismo de héroe? como bien dices, da su vida por una causa, los del siglo xxi lidian con la indiferencia, es un contexto difícil pero quizás propicio, no?
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