domingo, 4 de julio de 2010

Educación

Querido amigo:

Las sociedades modernas descansan sobre importantes pilares. Entre ellos, la educación es fundamental. La educación entendida como el derecho de todo ser humano a aprender cómo se organiza la sociedad de la que forma parte.

El aprendizaje, a su vez, cabalga a lomos del pensamiento y de la motivación. La memoria, sobre la que durante tantos años se ha forzado el aprendizaje, no sirve de nada si el pupilo no ha aprendido antes a pensar, si no se le motiva lo suficiente como para despertarle un interés por la materia objeto de estudio.

Aprender de memoria, sin razonar, además de una tortura para el estudiante, implica una pérdida de tiempo. Cuando se ha invertido el tiempo necesario, a través de juegos, para enseñar a pensar al alumno, sólo entonces éste, con la motivación adecuada, utilizará la memoria como herramienta, sin que el estudio se convierta en un trauma vitalicio que degenere en una aversión al conocimiento.

Amigo mío, habemos razones para sospechar que la falta de interés actual por la cultura radique en no haber enseñado a pensar, en no haber motivado, antes de forzar la memoria. Por haber malinterpretado la educación como una obligación en lugar de un derecho.

Un abrazo

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