Querido amigo:
¿Es la libertad sólo para los jóvenes? Entendámonos, jóvenes como nosotros, que no perdemos la curiosidad. Jóvenes, en tanto que intentamos desafiar al miedo.
¿Es eso la libertad? ¿No temer a nada? ¡Qué difícil no temer a nada! ¿No tememos por la salud, por nuestros seres queridos, por que no se cumplan nuestros proyectos, a perderlo todo, etc...?
En verdad que nos resulta complicado vivir sin temores; gozar de la libertad en su plenitud. En realidad, si nadie nos importara, si viviéramos despreocupadamente sin ocuparnos de nada, acabaríamos en las redes de nuestro propio egoísmo. Por tanto, la plena libertad se halla inalcanzable, ya que somos espíritus con vocación al amor, lo que no nos deja indiferentes ante la realidad que nos rodea.
Sin embargo, jóvenes como somos, animados de una curiosidad sin fin, de sed de conocimiento, de amor, vivimos la libertad, por acercarnos a la verdad de la vida y a nuestro papel en ella. Los viejos, quienes han renunciado a seguir creciendo -independientemente de si tienen 20, 30 años..., o 90 años- no conocerán lo que la vida espera de ellos, ni siquiera lo que ellos esperan de la vida. Su prisión se la han levantado ellos mismos. Temen y temerán siempre a perder su engañosa "estabilidad". No son libres, pues viven atados a su propio inmovilismo. Así pues, amigo mío, la libertad atañe tan sólo a los jóvenes.
Un abrazo
jueves, 29 de julio de 2010
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1 comentarios:
Incluso cuando elegimos las cadenas, todos, somos libres sin excepción... La puerta siempre está abierta para el que tiene suficiente valor.
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