Querido amigo:
Un día de finales de agosto, dos jóvenes españoles iban juntos por el arcén de una carretera que se alejaba de París. Aunque estaban acostumbrados a dormir poco y andar mucho, mostraban un aspecto calamitoso después de dos días de fiesta sin pegar ojo. Además, no tenían un chavo en los bolsillos.
Cuando el sol apretó, se detuvieron a descansar bajo una sombra. Desde la radio de una casa vecina, les llegaron los sones de Lili Marleen, y ambos jóvenes se sumergieron en la nostalgia... Al terminar la canción, pasó un buen rato hasta que uno de ellos rompió el silencio: Hace unos años, una mañana muy fría de invierno, viajaba en un vagón de metro atestado de gente. Unos y otros nos dábamos calor con nuestra presencia. Recuerdo haber cerrado los ojos y, por unos instantes, entre Sol y Cuatro Caminos llegué a imaginar que me encontraba aquí, ahora... La canción me ha evocado aquel momento, como si entre aquel momento y el presente se hubiera cerrado un bucle de mi vida. Como si hubiera vivido ambos instantes a la vez.
Su camarada le confesó que extrañaba mucho a su pueblo, su familia, su novia,... y que había decidido regresar a España. Si no hay trabajo, ya me apañaré. En peores nos las hemos visto. También a mi me ha llegado hondo la canción. ¿Y tú?
No, respondió el compañero, perdida la vista en la carretera. No puedo volver ahora. Presiento que aún tengo mucho que hacer fuera. Muchos bucles que deshacer en mi vida... Creo que iré a Alemania. Me siento incapaz de renunciar al sueño.
Sobraron más palabras. Al cabo de unos minutos se incorporaron y se despidieron con un abrazo. Uno tomó rumbo al este, por la carretera de Nancy, el otro hacia Burdeos. Dos jóvenes anarquistas caminaban sin rumbo después de haber luchado para liberar París en agosto de 1944.
Un abrazo
viernes, 19 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario