martes, 23 de febrero de 2010

Secretos

Querido amigo:

¿Me guardas un secreto? Eso es precisamente la fidelidad, saber guardar un secreto.

Hay secretos que, si dejan de ser secretos, hieren al prójimo. Esos secretos dañinos no deberían existir, pero si se nos confían habremos de sufrirlos con resignación. Una promesa es una promesa. Por ello, vale más no saberlos.

Hay otros secretos que difícilmente pueden escapar de la intimidad que forjamos con el ser amado. Son los verdaderos, los secretos del amor. Si alguien ajeno a ese amor usurpa el secreto, éste se torna en dañino para quien lo ha hurtado.

Amigo mío, tú y yo nos negamos a escuchar secretos robados, porque respetamos el amor, porque sabemos amar.

Gritemos juntos: ¡No al tráfico de secretos!

Un abrazo

0 comentarios:

Publicar un comentario