miércoles, 7 de abril de 2010

Sin Puertas

Querido amigo:

En el día a día, exhibimos más o menos de nosotros mismos según con quien tratemos. Cada uno de nosotros poseemos un “yo” público y un “yo” íntimo.

El “yo” íntimo es muy complejo. Es difícil llegar a conocerlo, siempre nos sorprenderá. Son los valores, opiniones, temores, esperanzas, sueños, ilusiones, etc…

Sin embargo, cada día muchas personas que no nos conocen sólo ven de nosotros lo que nuestro “yo” público muestra. Para los buenos observadores, nuestro “yo” público dice mucho más de nosotros de lo que imaginamos. Nuestro “yo” público ofrece un reflejo del “yo” íntimo, así como de otros factores externos.

Querido amigo, el lugar donde residimos termina por impregnar –en mayor o menor medida- nuestro carácter. Hay lugares siempre con prisa y otros, sin embargo, en calma. Hay lugares alegres, y otros que invitan a la melancolía. Nuestro “yo” público no es indiferente al ruido, a las aglomeraciones, … o al silencio y la soledad.

Vivimos de puertas adentro y de puertas afuera. Lo ideal, amigo mío, es que no hubiera puertas. Un cálido abrazo.

0 comentarios:

Publicar un comentario