Querido amigo:
Las personas necesitamos convivir con la realidad que nos rodea, diferente para cada uno de nosotros. Todos construimos nuestro propio “mundo interior” donde, entremezclando lo real y lo imaginario, configuramos nuestra interpretación personal de la vida. La fantasía es inherente al ser humano, pues no consta que otros seres vivos fantaseen. La fantasía humana, además, no tiene límites. Una vez más, amigo mío, nos asomamos a una idea infinita.
En el fondo, y salvando las distancias, es como si cada uno de nosotros fuera un “Don Quijote”, en cuya fantasía nos convertimos en un “héroe imaginario”, el cual se asoma a veces en nuestros gestos y nuestros actos cotidianos. Tal vez, a Don Quijote no le satisfacía la realidad circundante y optó por gozar y sufrir a su manera, convirtiéndose en su propio personaje y abogar por un mundo mejor.
Amigo mío, no dejemos que nuestros mundos interiores se olviden frente a la realidad. Que nada nos agote la fantasía, que nada ahogue a nuestro “Don Quijote”. Recordemos siempre que somos muchos “mundos interiores”, todos especiales, y que la Paz sólo tiene sentido cuando todos los héroes la desean.
Un abrazo.
martes, 30 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario