domingo, 31 de octubre de 2010

Conciencia

Querido amigo:

Todos hemos sentido alguna vez la contradicción entre la moral y la conciencia. La ética de la sociedad donde residimos dicta normas de comportamiento: unas emanan de la razón -no matar, no robar, no mentir-, y otras se han convenido a lo largo de los tiempos para facilitar la convivencia. Éstas últimas suelen poseer matices culturales inherentes al pueblo donde se generan.

A menudo, la vida nos enfrenta a tales convenciones éticas. A menudo, amigo mío, sentimos que nuestra conciencia se resiste a amoldarse a las rigideces éticas, y anhela expansionarse y volar libre como pájaro. En verdad que no hay más inexorable censor que nuestra propia conciencia. Si vivimos en paz con nuestra conciencia ¿importa acaso contravenir las reglas morales? Difíciles cuestiones, por ejemplo, robar lo que sobra a un rico para repartirlo entre los pobres, o mentir por amor, o desobedecer leyes que atentan contra nuestra conciencia, o atentar contra un tirano, etc...

Amigo mío, la cobardía es el único pecado que nuestras conciencias no perdonan jamás.

Un abrazo

jueves, 28 de octubre de 2010

Perdedores

Querido amigo:

¿Quién pierde? ¿Quién gana? No va más... Gira la vida, par y negro, rojo impar, ... como una ruleta en la que, más tarde o más temprano, lo perdemos todo. Todo...

Amigo mío, parafraseando a los cómicos del teatro: en la vida ni se pierde ni se gana, sino todo lo contrario. No va de suertes esto, no nos jugamos los sentimientos a cara o cruz. Amigo mío, nosotros somos perdedores natos...

Tenemos madera de perdedores, se nos luce a la legua... porque en una carrera esperamos al farolillo rojo para llegar juntos a la meta; porque siempre animamos al débil frente al fuerte; porque todos dicen que no tenemos los pies en la Tierra; porque desdeñamos la victoria si ésta amenaza nuestros principios... ; porque confiamos en la palabra de los demás; porque siempre damos otra oportunidad a quienes se equivocan; y por muchas bondades más, somos perdedores.

Amigo mío, nadie nos verá llorando por perder, sino felices, para exasperación de los "ganadores". En la victoria y en la derrota aflora lo mejor o lo peor de nosotros. Eso sí, perdedores natos como somos, la batalla final y definitiva siempre nos sonríe a nosotros.

Un abrazo

domingo, 24 de octubre de 2010

Sobreprotegidos

Querido amigo:

La Historia se alimenta gracias a que las generaciones velan por las generaciones futuras, que a su vez, de padres a hijos, cuidarán de las venideras. Todos los seres humanos tenemos derecho a procrear, aunque no siempre tengamos clara la responsabilidad de traer un nuevo ser al mundo.

Sobre cómo educar a la prole hay muchas discrepancias, motivadas por razones ideológicas, religiosas, culturales, éticas, etc... Disensiones que derivan de diferentes concepciones del futuro para el cual los progenitores han de preparar a sus vástagos. Así, habrá quienes antepongan las creencias religiosas como guía principal para el futuro; habrá quienes sobrecarguen de estudios a sus hijos para que algún día prosperen en la escala social; habrá quienes se consagren para que sus hijos posean todo aquello que a ellos se les negó; habrá quienes transmitan valores de respeto, convivencia y amor, etc...

Un futuro de paz y convivencia requerirá ciudadanos pacíficos y valientes. Un futuro autodestructivo se compondrá de cobardes. Un futuro de egocentrismos y frivolidad surgirá de personajes en extremo competitivos y caprichosos, los de ganar a toda costa. Un futuro de incomprensión e intolerancia provendrá de personas que impongan ideologías o creencias, incluso a la fuerza, a los demás.

Entre todos estos modelos de futuro, especial preocupación merecen aquellos hijos cuya capacidad de resistencia ha sido inhibida por un exceso de celo de cuidado por parte de sus padres, con el riesgo de llegar a convertirse en personas indolentes y mansas, enemigas de los problemas, fácilmente manipulables ante los abusos del poder, y proclives a deprimirse ante la primera dificultad. Son los sobrepotegidos.

Un abrazo

sábado, 23 de octubre de 2010

Paradigma

Querido amigo:

Un paradigma es un ejemplo, diríamos que un modelo teórico que explica realidades más complejas y diversas. El mundo precisa urgentemente de un paradigma que comprenda sus fallos y virtudes.

Dicho paradigma ha de comprender nuestras reacciones humanas bajo cualquier sistema político, económico o social; un paradigma del individuo y de las sociedades. En efecto, hemos de entendernos a cada uno de nosotros como individuos, y además hemos de profundizar en la conducta de las sociedades. Individuo y sociedad son dos dimensiones humanas diferentes. A menudo, un colectivo, una sociedad deriva hacia aberraciones que se rechazan en un plano individual. La Historia se prodiga en tristes ejemplos de tal hecho.

El paradigma que buscamos, amigo mío, ha de comprender las reacciones de los individuos y las sociedades en el contexto mundial actual de desigualdad, de miseria extrema junto a vergonzosa riqueza. Urgentemente hemos de detectar por qué el mundo ha fracasado en su anhelo de concordia y paz; reconocer nuestros errores forma parte de la solución. Urgentemente porque las desigualdades entre "primer mundo" y "tercer mundo" no pueden sostenerse por más tiempo; porque hemos de evitar que se repliquen nuevas conflagraciones mundiales.

Amigo mío, las dos guerras mundiales del siglo XX sacudieron la Historia de la Humanidad como un terrible seísmo cuyas réplicas aún se sienten en el mundo actual. Ahora ha llegado el momento de sembrar la paz del futuro, por lo que se exigen cambios perentorios. Dichos cambios, amigo mío, implicarán un ritmo de vida más moderado por parte de las sociedades más consumistas, para compensar las mejoras que habrán de experimentar las hasta ahora menos favorecidas.

La Tierra es como una habitación cerrada donde debemos entendernos. Renunciaremos a instintos depredadores y compartiremos lo que hay. Renunciar se antoja difícil, sobre en todo aquello que atañe a los sentimientos. Tradiciones, lenguas maternas, lujos innecesarios, etc... se sacrificarán por una paz duradera y estable.

Amigo mío, indaguemos en nuestro alma y encontraremos el anhelado paradigma humano que responda a las necesidades del avenir.

Un abrazo

viernes, 22 de octubre de 2010

Arte liberador

Querido amigo:

Hemos reflexionado mucho sobre los muchos personajes que conviven en la personalidad de cada uno de nosotros, cuya revelación representa, en sí misma, una búsqueda a través de las diversas experiencias que podamos atesorar en nuestras vidas.

Nos provocaba, amigo mío, una continua insatisfacción y desazón el hecho de que jamás lleguemos a descubrir muchas de nuestras personalidades, dada la finitud de los límites espaciales y temporales en los que transcurren nuestras vidas. En otras palabras, como no sabemos viajar en el tiempo, ignoramos qué habilidades hubiéramos descubierto de haber vivido en la Edad Media; o ignoramos qué habilidades se nos revelarían de haber nacido en un algún lugar lejano al nuestro.

Amigo mío, sólo la fantasía puede liberar nuestro desasosiego vital. En efecto, los seres humanos escapamos de nuestra finitud a través del Arte, el cuál nos brinda la posibilidad de descubrirnos más allá de los límites del tiempo y del espacio. Así se explica esa necesidad de escuchar historias, de asomarse a otros mundos a través de imágenes, de conocer a personas que vivieron hace miles de años a través de sus bustos, de volar con la imaginación a través del misterioso lenguaje musical. El Arte, pues, nos acerca un poco más a la eternidad.

Un abrazo

jueves, 21 de octubre de 2010

Enamorarnos

Querido amigo:

Hay más de un estudio científico que relaciona el enamoramiento con la generación de sustancias en nuestro cuerpo que nos provoca felicidad, bienestar y gran optimismo. Incluso hay ensayos médicos para replicar la exultación del enamoramiento en pacientes que requieren una buena dosis de energía para superar sus males. El amor, junto al miedo, las dos fuerzas que rigen nuestros destinos.

Amigo mío, cabe preguntarnos si podemos enamorarnos sin percatarnos de ello conscientemente. Cuántas veces habremos sentido acelerarse nuestro pulso, unas irresistibles ganas de sonreír o una avalancha de bienestar ante la presencia de cierta o ciertas personas, sin sospechar que nos hemos enamorado íntimamente de ellas. De ser así, se comprendería el dicho de que el amor es ciego, que no distingue sexos, edad, razas, etc... Comprenderíamos que podemos sentir un flechazo, porque hay todavía mucho en nuestro corazón y nuestra mente que escapa a nuestro control racional.

No hay que mezclar estos enamoramientos con la atracción sexual, que también escapa a nuestro control. En efecto, podemos enamorarnos del autor de una carta, del compositor de tal canción, cuya lectura o escucha nos encienden de pasión. Se trata de un amor que ni siquiera reconocemos conscientemente, porque pertenece a esferas tan íntimas que no puede reflejarse en pensamientos, ni en contactos físicos como el amor de pareja.

Amigo mío, vive tan enamorado como puedas, que la vida te parecerá diferente, que brillarás iluminando a los demás, que vivirás plenamente. Enamorarnos sin saber que estamos enamorados... suena bien.

Un abrazo

domingo, 17 de octubre de 2010

Gratis

Querido amigo:

Te apremio a desterrar el nefando pensamiento del todo tiene un precio. Aceptándolo nos derrotamos a nosotros mismos, pues confesamos que también nosotros tenemos un precio. ¡Terrible! Podremos tener un precio pero, por muy alto que sea éste, habremos vendido nuestra dignidad.

Apelando siempre, amigo mío, a la imaginación, contribuyamos a propagar el altruismo y la filantropía por el mundo entero. Sólo un sistema perverso osa a preciar a las personas, y no debemos consentirlo. No todo tiene un precio, gritemos a los cuatro vientos.

Cuántas veces nos incomodamos al recibir un detalle generoso de los demás, creyéndonos en deuda y con el compromiso de corresponder. Cómo recelamos ante la palabra gratis. En efecto, el mercantilismo grosero ha adulterado el término. Revindiquemos la hermosa humanidad que conlleva entregarnos sin esperar nada a cambio. Nos sentiremos más libres, y no volveremos a sonrojarnos ante las dádivas con las que nos obsequien.

Un abrazo

Belleza

Querido amigo:

Misteriosamente, aquello que place a unos, disgusta a otros. Nada hay escrito sobre gustos, concluimos entonces. Semejante misterio del alma, ... que nos emocionemos contemplando una obra de arte, leyendo unos versos o abandonándonos al ritmo de una melodía pegadiza; y por el contrario, nos repugnen ciertos insectos, o la vista de la sangre...

Platón abordó el enigma, sugiriendo las ideas perfectas o ideas platónicas que moran en el alma, eternas, sin principio ni fin, imperecederas. Carecemos de argumentos para contradecir al sabio Platón en cuanto a la infinitud de las ideas perfectas, mas podemos sentir la presencia de las mismas. Al crecer, nuestro aprendizaje consiste en acumular ideas perfectas o, mejor dicho, patrones, en nuestra mente. Ignoramos si heredamos genéticamente dichos patrones o si sólo los adquirimos de nuestro entorno, pero en ellos se encierra nuestro juicio de lo bello y lo desagradable.

Más sorprendente aún se nos muestra nuestro mecanismo de percepción, mediante el cuál nuestra mente compara los estímulos que capta del mundo que nos rodea con nuestros patrones mentales -adquiridos a través de un largo aprendizaje vital-, de manera que ignora toda aquella novedad para la que no halla patrón previo. En cualquier caso, demostramos que la belleza reside en nuestro cerebro, y que por tanto, es susceptible de evolucionar a medida que aprendemos de la vida y del entorno.

Amigo mío, ahora que sabemos que la belleza nos pertenece íntimamente, homenajeemos a la vida con actos hermosos; sea lo que sea a lo que nos dediquemos, imprimámoslo de belleza, convirtámoslo en obra de arte, en patrón o, tal vez, idea inmortal.

Un abrazo

Madurez

Querido amigo:

¿Cuándo crees que las personas pasamos de niños a adultos? Así como la juventud nada tiene que ver con la edad, tampoco la frontera entre la niñez y la madurez. Maduramos cuando nos concienciamos plenamente de quiénes somos, aceptándonos y sintiéndonos parte de una comunidad en la que quiénes conviven con nosotros poseen los mismos derechos y deberes, con sus sentimientos propios.

Cuando nacemos no sabemos valernos por nosotros mismos, y el cariño y las atenciones que se nos prodigan pueden alimentar el egocentrismo en nuestro espíritu. La educación ha de orientarse para que comprendamos el respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás. Madurar significa respetar. Hay quienes maduran antes que otros, y hay quienes, lamentablemente, no madurarán nunca por no haber recibido a tiempo las debidas orientaciones. No es cuestión de edad.

No es fácil conocernos a nosotros mismos y madurar. Madurar es un camino de vida en sí. Al fin y al cabo, sólo podemos juzgarnos a nosotros mismos dentro del entorno en el que vivimos. Ignoramos en qué personas devendríamos si habitáramos otros entornos espaciales y temporales. No podemos comparar nuestro presente con cómo habríamos madurado de haber vivido en una aldea de la Edad Media, o durante una conflagración civil. La capacidad humana de adaptación a diferentes contextos posee sus límites, y madurar implica encontrar esas otras muchas personas que conviven en nuestro propio espíritu y que, tal vez por falta de experiencias vitales, nunca llegarán a manifestarse ni a descubrirnos esas facetas que cada uno de nosotros oculta en si mismo.

Madurar, por tanto, requiere muchas experiencias de vida, en las que buscaremos todos esos individuos que somos o, potencialmente, podemos ser. Descubriéndonos plenamente, nos aceptaremos y comprenderemos el pleno y hermoso sentido del respeto.

Un abrazo

martes, 12 de octubre de 2010

Sueños

Querido amigo:

Dormir es uno de nuestros grandes misterios. Sabemos que soñamos, pero todavía especulamos sobre los sueños, sus causas y funciones. Cuando despertamos, algo confusos, apenas recordamos la vida que vivíamos instantes antes.

Suponemos que nuestro cerebro transforma en sueños toda aquella realidad que captó sin que nosotros mismos fuéramos conscientes. De confirmarse esta teoría, inquieta pensar que sólo gobernamos una mínima parte de nuestro cerebro, y que éste actúa independiente absorbiendo y procesando una realidad que nos es ajena. En cierta manera, parece que cualquier ser humano vive permanentemente al borde de la "locura", y que cualquier día podemos despertar y cuestionar por entero el mundo que nos rodea.

Todos hemos experimentado vivas emociones en sueños. Soñando hemos gravitado, nos han perseguido, hemos huido corriendo sin apenas avanzar un paso, nos hemos sumergido en abismos marinos sin poder respirar, nos han mordido feroces bestias, hemos reído a carcajadas, o llorado sin motivo, hemos creído no poder dormir, etc... Los sueños, al menos lo que podemos recordar de ellos, siempre cuentan historias a medias. ¡Pero tan vívidas!

Los sueños usan de su propio y misterioso lenguaje, de su propia realidad que desafía toda lógica. Los sueños construyen un mundo con autenticidad y realismo. Tal vez, si los sueños han captado un mundo, significa que ese mundo existe y es veraz. Tal vez, amigo mío, cordura y locura se dan la mano mientras dormimos. Tal vez, la vida y la realidad no es tal y como creemos racionalmente que es.

Un abrazo

lunes, 11 de octubre de 2010

La Manzana Prohibida

Querido amigo:

La vida animal debe su continuidad sobre el planeta a la atracción entre hembras y machos de casi cualquier especie. Como animales, los seres humanos también compartimos tal deseo. La diferencia con otras especies se halla en que nosotros racionalizamos esta llamada más allá de los instintos puramente biológicos.

A los procesos de detección del sexo contrario, del sentimiento de atracción, del cortejo y la seducción, del juego amoroso, de la constitución de la pareja, la procreación, la maternidad o paternidad, etc... los seres humanos mezclamos, además, sentimientos de posesión, celos, pudor, etc...

A lo largo de la historia, las sociedades humanas han considerado el sexo como un tabú. Quién sabe si por el pudor de confesar sentimientos, acto en el cuál desnudamos nuestro espíritu; o por el rígido modelo que no concibe otra relación que la unión conyugal; o porque los místicos y religiosos ven en el sexo un obstáculo para alcanzar la plena liberación del alma... El hecho es que hoy en día se sigue ocultando con vergüenza esta faceta esencial de cualquier ser humano, como un pecado inconfesable, ...; y lo que es peor, se vacía de sentimiento y se manipula la misma para servir intereses mercantiles, se banaliza.

El debilidad de los gobernantes por el sexo ha destruido imperios; una mala película puede salvar su taquilla si incluye algunas escenas sexuales; la publicidad recurre a diario a reclamos sexuales para exhibir hasta los productos más cotidianos; la prensa rosa nos invade con amoríos los medios de comunicación; la pornografía mueve al año cientos de millones. El sexo continúa inspirando irresistible morbo debido a que la sociedad lo concibe aún como la fruta prohibida, lo que induce a las mentes menos escrupulosas a utilizarlo y desnaturalizarlo.

Tal vez, el nuevo hombre del futuro devolverá al sexo el sentido humano intrínseco que posee, y lo protegerá de ataques maliciosos, de censuras y reproches, de tabúes, pudores, vergüenzas y cadenas.

Un abrazo

Un Deber con la Sociedad

Querido amigo:

Como ciudadanos, tenemos el deber de ser felices. Nuestra felicidad honrará a nuestros conciudadanos; el mejor homenaje que podemos tributarnos.

No obstante, nuestra sociedad aún tiene mucho que evolucionar hasta alcanzar la plena felicidad. Somos seres humanos, débiles y vulnerables, que tenemos el derecho a la tristeza. Resulta harto difícil alegrar el alma ante el dolor, la muerte o la calamidad. Superar las adversidades significa asumir nuestra debilidad y vulnerabilidad, y pese a ellas, aspirar a la felicidad.

Sin embargo, como todas las utopías, la sociedad feliz tiene su fondo de realidad: el futuro será testigo del nuevo ciudadano, capaz de quebrar la disyuntiva entre el derecho a la tristeza o a la felicidad, para gozar de ésta última; para gozar de la libertad.

Entonces, amigo mío, descubramos cada uno cómo evolucionar hasta devenir en nuevos ciudadanos con nuestros felices deberes hacia el prójimo.
Un abrazo

Inteligencia Media

Querido amigo:

A menudo nos excusamos en nuestra falta de inteligencia para no realizar determinadas labores de elevada complejidad. Pensamos que poseemos una inteligencia media, y que se necesita una inteligencia por encima de la media para acometer dichas tareas.

Nuestra inteligencia cuenta con una componente hereditaria y con otra racional. Esto es, nuestro cerebro hereda genéticamente unas cualidades, pero la explotación óptima de las mismas depende de cómo lo utilicemos. El cerebro de una persona muy inteligente no difiere físicamente mucho del nuestro. Por lo tanto, cualquiera de nosotros puede sacarle mayor rendimiento al cerebro, aprendiendo a utilizarlo adecuadamente.

La componente racional de nuestra inteligencia implica una mezcla de observación activa de nuestro entorno, de concentración y de método u orden de pensamiento. Es decir, potenciamos nuestra inteligencia cuando nos concentramos en la observación de lo que nos rodea y estructuramos nuestros pensamientos para resolver cuestiones cada vez más complejas. La concentración favorece la memoria. Los mecanismos de pensamiento son múltiples: inductivo, deductivo, creativo, etc…

El premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal, defendía que una voluntad bien orientada cosechaba mayores rendimientos que una gran inteligencia desordenada.

Un abrazo

domingo, 3 de octubre de 2010

Orientalismos

Querido amigo:

Las milenarias culturas orientales atraen el interés de los occidentales, siempre aureoladas de un halo de sabiduría. El frenesí contemporáneo, que nos lleva de aquí para allá como muñecos al viento, se pliega ante filosofías que predican el respeto por la Naturaleza, la riqueza de la vida interior, la meditación, la contemplación, la compenetración entre cuerpo y alma, la paz, la vida sosegada, la alimentación saludable, la armonía, los pensamientos benignos, etc....

Muchos occidentales, hastiados por los males de la sociedad actual, buscamos amparo en tales filosofías para sosegar y ordenar nuestras vidas. Olvidamos que en nuestras raíces occidentales poseemos también valores que armonizan con los misticismos orientales, que conducen igualmente al saber espiritual de nosotros mismos, de nuestro papel en la vida, en la Naturaleza.

No importa tanto que adoptemos los cánones orientales o que profesemos nuestra tradición occidental, sino el hecho de emprender la búsqueda de nosotros mismos. De nada valen las parafernalias místicas si no las acompañamos de una vera revolución en nuestra forma de enfocar la vida. Las coincidencias entre filosofías orientales y occidentales no es pura casualidad; comparten un fin, tras miles de años de sabiduría. Amigo mío, sea por Levante o por Poniente, hallemos nuestro propio camino para encontrarnos, al final del mismo, para siempre en la Sabiduría.

Un abrazo

Tono

Querido amigo:

La ciencia pregona que el cerebro humano heredó de nuestros ancestros una especial sensibilidad para escrutar las amenazas que potencialmente nos acechan de entre toda la información que captamos en nuestro entorno.

En nuestra vida diaria interaccionamos entre nosotros de muchas maneras, aunque principalmente percibamos tres: la palabra, la mirada y el tacto. En realidad, la comunicación entre nosotros traspasa insospechadas fronteras físicas y espirituales, mas la ciencia no puede dar fe de todas, pese a que todos nosotros las experimentemos a menudo.

A veces, amigo mío, descuidamos el tono de nuestras palabras, miradas y contactos, activando así las alertas en los cerebros de quienes nos rodean. A veces, amigo mío, la diferencia entre un tono cordial y un tono agrio no nos es casi perceptible. Por todo ello, ahora que nos consta que somos seres susceptibles por Naturaleza, nos podríamos plantear si vale la pena ser indulgentes ante desvíos de tono, en lugar de sacar las uñas.

Un abrazo

sábado, 2 de octubre de 2010

Esperas

Querido amigo:

La sabiduría popular reza que el tiempo es oro. Quizás por ello, como nos pasamos gran parte de nuestras vidas esperando, nos lacera más ese tiempo que fluye para no volver jamás.

Esperamos y esperamos.... Cuando niños, anhelábamos crecer. Hoy, aguardamos nuestro turno en innumerables filas... ; a que llegue una cita impuntual...; a un golpe de suerte...; a que nos rescaten de la rutina...; ansiamos que llegue tal fecha, o llegar a un destino tras un largo viaje.

Los seres humanos nadamos en el tiempo, que nos arrastra hacia el futuro... Sin embargo, todos poseemos, amigo mío, el don de dilatar o contraer el tiempo a nuestro antojo. Mientras esperamos, tantas veces nos parecen eternos unos pocos minutos, unos días, unos meses..., porque íntimamente consideramos tiempo de mala calidad nuestra espera. Enfrascados en nuestras más queridas labores, los minutos parecen volar.

Sea esperando o concentrado en cualquier otra actividad, el tiempo siempre tiene el mismo valor. Si en nuestro sino hemos de esperar, amigo, que la espera nos sea leve, aprovechando cada instante de la misma.

Un abrazo