Querido amigo:
Las personas necesitamos convivir con la realidad que nos rodea, diferente para cada uno de nosotros. Todos construimos nuestro propio “mundo interior” donde, entremezclando lo real y lo imaginario, configuramos nuestra interpretación personal de la vida. La fantasía es inherente al ser humano, pues no consta que otros seres vivos fantaseen. La fantasía humana, además, no tiene límites. Una vez más, amigo mío, nos asomamos a una idea infinita.
En el fondo, y salvando las distancias, es como si cada uno de nosotros fuera un “Don Quijote”, en cuya fantasía nos convertimos en un “héroe imaginario”, el cual se asoma a veces en nuestros gestos y nuestros actos cotidianos. Tal vez, a Don Quijote no le satisfacía la realidad circundante y optó por gozar y sufrir a su manera, convirtiéndose en su propio personaje y abogar por un mundo mejor.
Amigo mío, no dejemos que nuestros mundos interiores se olviden frente a la realidad. Que nada nos agote la fantasía, que nada ahogue a nuestro “Don Quijote”. Recordemos siempre que somos muchos “mundos interiores”, todos especiales, y que la Paz sólo tiene sentido cuando todos los héroes la desean.
Un abrazo.
martes, 30 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
Ideas
Querido amigo:
Las ideas son los verdaderos motores del progreso. Un excesivo apego a lo material merma nuestra confianza en el poder de las ideas. Si sólo creemos en que el éxito consiste en acaparar riquezas y lujos, entonces no concebiremos que sea posible una idea de progreso más justa. La verdad es que sí es posible una sociedad más justa. El ansia de enriquecerse agudiza el ingenio, pero no contribuye a una sociedad más justa, puesto que, en este caso, el ingenio se pone al servicio del egoísmo y no al del beneficio común. Consumismo –materialismo extremo- y Justicia son conceptos contradictorios: quien cree en uno no puede creer en el otro.
Una sociedad más justa es un derecho de todos, y si todos alimentamos esta idea, la haremos posible. Una sociedad más justa es compatible con un materialismo moderado, pero el empacho de materialismo, el consumismo compulsivo, al aniquilar el poder de las ideas, deshumaniza a sus víctimas. El consumismo no hace feliz a nadie, porque subyuga y nos priva de libertad. La Felicidad es una idea, que nace de la Libertad, que es otra idea.
Se feliz, amigo mío, se libre.
Las ideas son los verdaderos motores del progreso. Un excesivo apego a lo material merma nuestra confianza en el poder de las ideas. Si sólo creemos en que el éxito consiste en acaparar riquezas y lujos, entonces no concebiremos que sea posible una idea de progreso más justa. La verdad es que sí es posible una sociedad más justa. El ansia de enriquecerse agudiza el ingenio, pero no contribuye a una sociedad más justa, puesto que, en este caso, el ingenio se pone al servicio del egoísmo y no al del beneficio común. Consumismo –materialismo extremo- y Justicia son conceptos contradictorios: quien cree en uno no puede creer en el otro.
Una sociedad más justa es un derecho de todos, y si todos alimentamos esta idea, la haremos posible. Una sociedad más justa es compatible con un materialismo moderado, pero el empacho de materialismo, el consumismo compulsivo, al aniquilar el poder de las ideas, deshumaniza a sus víctimas. El consumismo no hace feliz a nadie, porque subyuga y nos priva de libertad. La Felicidad es una idea, que nace de la Libertad, que es otra idea.
Se feliz, amigo mío, se libre.
sábado, 27 de marzo de 2010
Falso Materialismo
Querido amigo:
¿Recuerdas los momentos más felices de tu vida? Nuestros momentos más felices son difíciles de explicar con palabras. Hay que vivirlos para poder comprenderlos.
Hay en ellos una comunicación especial con los padres, con los hermanos, con la familia, con los amigos,.. ¡con el mundo entero! Es la felicidad que perdura, la que nos hace humanos.
La felicidad no es sinónima de casa, coche, lujos, fiestas, consumo... No son palabras que puedan definir los momentos más fellices de nuestras vidas. Un lujo, por muy lujo que sea, nunca podrá suplantar a un ser humano.
El exceso de materialismo trastorna nuestra humanidad. Si el sistema obvia este sentido esencial de la convivencia es que el sistema no funciona. No funcionan las "modas" que preconizan un "modelo perfecto" en el éxito profesional y económico, rechazando a quien se aparte de dicho modelo. Tales "modas" no nos harán felices.
Un abrazo.
¿Recuerdas los momentos más felices de tu vida? Nuestros momentos más felices son difíciles de explicar con palabras. Hay que vivirlos para poder comprenderlos.
Hay en ellos una comunicación especial con los padres, con los hermanos, con la familia, con los amigos,.. ¡con el mundo entero! Es la felicidad que perdura, la que nos hace humanos.
La felicidad no es sinónima de casa, coche, lujos, fiestas, consumo... No son palabras que puedan definir los momentos más fellices de nuestras vidas. Un lujo, por muy lujo que sea, nunca podrá suplantar a un ser humano.
El exceso de materialismo trastorna nuestra humanidad. Si el sistema obvia este sentido esencial de la convivencia es que el sistema no funciona. No funcionan las "modas" que preconizan un "modelo perfecto" en el éxito profesional y económico, rechazando a quien se aparte de dicho modelo. Tales "modas" no nos harán felices.
Un abrazo.
jueves, 25 de marzo de 2010
Autocrítica
Querido amigo:
¿Dónde nos hemos equivocado? Si nos preguntamos esto es que reconocemos que nos equivocamos.
Hay sociedades donde el error es un estigma que marca a las personas de por vida. En estas culturas, las personas difícilmente reconocen sus errores, por lo que estos perduran y perduran, afectando incluso a la convivencia. Es más, las personas se cohíben a la hora de actuar por miedo a fallar, por lo que en estas sociedades impera una inoperancia que bloquea todo progreso.
Otras culturas más abiertas consideran el error como parte del proceso de maduración. “Rectificar es de sabios”, dice el proverbio. Todos nos equivocamos ¿qué hay de malo? Por supuesto, hay errores y errores. Errores que se pueden corregir, y otros que no. En cualquier caso, la autocrítica siempre contribuirá a mejorar la situación, siempre que aprendamos de los errores.
Amigo mío, el error esta ahí y hemos de convivir con él, no negarlo. Los individuos y las sociedades sólo progresan cuando enmiendan sus errores.
Un humilde abrazo.
¿Dónde nos hemos equivocado? Si nos preguntamos esto es que reconocemos que nos equivocamos.
Hay sociedades donde el error es un estigma que marca a las personas de por vida. En estas culturas, las personas difícilmente reconocen sus errores, por lo que estos perduran y perduran, afectando incluso a la convivencia. Es más, las personas se cohíben a la hora de actuar por miedo a fallar, por lo que en estas sociedades impera una inoperancia que bloquea todo progreso.
Otras culturas más abiertas consideran el error como parte del proceso de maduración. “Rectificar es de sabios”, dice el proverbio. Todos nos equivocamos ¿qué hay de malo? Por supuesto, hay errores y errores. Errores que se pueden corregir, y otros que no. En cualquier caso, la autocrítica siempre contribuirá a mejorar la situación, siempre que aprendamos de los errores.
Amigo mío, el error esta ahí y hemos de convivir con él, no negarlo. Los individuos y las sociedades sólo progresan cuando enmiendan sus errores.
Un humilde abrazo.
martes, 23 de marzo de 2010
Respeto
Querido amigo:
Desde la Revolución Francesa, muchos países adoptaron la divisa Libertad-Igualdad-Fraternidad. Reflexionemos si, además, habría que añadir Respeto.
En verdad, que inspiremos el Derecho en Libertad-Igualdad-Fraternidad es fundamental para una sociedad justa. Sin embargo, estos criterios sólo atañen al ordenamiento jurídico ¿y a las personas? ¿Asimilamos en nosotros mismos la Libertad-Igualdad-Fraternidad? Por difícil que nos resulte reconocerlo, el respeto individual de estas divisas no es generalizado.
El Respeto sí incumbe a cada persona, a cada uno de nosotros, porque afecta directamente a la convivencia del día a día. Con Respeto nos preocuparíamos por saber dónde empiezan y acaban nuestros derechos individuales. Libertad-Igualdad-Fraternidad se cristalizan a nivel individual en el Respeto. Con Respeto hacia los demás estamos reconociendo que todos somos iguales como personas, que como miembros de la sociedad tenemos una responsabilidad con los demás, y que nuestra Libertad acaba donde empieza la del prójimo.
Respetado amigo, un fuerte abrazo.
Desde la Revolución Francesa, muchos países adoptaron la divisa Libertad-Igualdad-Fraternidad. Reflexionemos si, además, habría que añadir Respeto.
En verdad, que inspiremos el Derecho en Libertad-Igualdad-Fraternidad es fundamental para una sociedad justa. Sin embargo, estos criterios sólo atañen al ordenamiento jurídico ¿y a las personas? ¿Asimilamos en nosotros mismos la Libertad-Igualdad-Fraternidad? Por difícil que nos resulte reconocerlo, el respeto individual de estas divisas no es generalizado.
El Respeto sí incumbe a cada persona, a cada uno de nosotros, porque afecta directamente a la convivencia del día a día. Con Respeto nos preocuparíamos por saber dónde empiezan y acaban nuestros derechos individuales. Libertad-Igualdad-Fraternidad se cristalizan a nivel individual en el Respeto. Con Respeto hacia los demás estamos reconociendo que todos somos iguales como personas, que como miembros de la sociedad tenemos una responsabilidad con los demás, y que nuestra Libertad acaba donde empieza la del prójimo.
Respetado amigo, un fuerte abrazo.
domingo, 21 de marzo de 2010
Inmortalidad
Querido amigo:
La Inmortalidad, un sueño tan antiguo como la propia Humanidad. Aún en nuestros días seguimos buscando la Fuente de la Vida, cuyas aguas rejuvenecen cuerpo y alma, por los siglos de los siglos.
¿A qué tanto tememos? ¿A ser olvidados? Es posible, amigo mío, que el futuro sólo recuerde algunos nombres ilustres, pero nosotros reviviremos en cada poema, en cada canción, cada vez que el viento sonría, etc... porque detrás de las grandes obras late toda una época, y cada uno de nosotros ha dejado su huella en la arena de la Historia, y no hay viento ni marea que se las lleve por completo.
¿A qué tanto tememos? Evoquemos, querido amigo, todo aquello por lo que no pasaremos, todo aquello que nos hace inmortales. Somos parte del Tiempo, que no tiene principio ni fin...
Un abrazo.
La Inmortalidad, un sueño tan antiguo como la propia Humanidad. Aún en nuestros días seguimos buscando la Fuente de la Vida, cuyas aguas rejuvenecen cuerpo y alma, por los siglos de los siglos.
¿A qué tanto tememos? ¿A ser olvidados? Es posible, amigo mío, que el futuro sólo recuerde algunos nombres ilustres, pero nosotros reviviremos en cada poema, en cada canción, cada vez que el viento sonría, etc... porque detrás de las grandes obras late toda una época, y cada uno de nosotros ha dejado su huella en la arena de la Historia, y no hay viento ni marea que se las lleve por completo.
¿A qué tanto tememos? Evoquemos, querido amigo, todo aquello por lo que no pasaremos, todo aquello que nos hace inmortales. Somos parte del Tiempo, que no tiene principio ni fin...
Un abrazo.
sábado, 20 de marzo de 2010
Valor de un Instante
Querido amigo:
El Tiempo pasa inexorable, estirándose y contrayéndose como si caminara a pequeños y grandes pasos. En realidad, en la terrena y limitada percepción de los seres humanos, el Tiempo se alarga y acorta. El Tiempo es la dimensión verdaderamente desconocida. Un instante no se vive igual bajo el sol ardiente que bajo la fresca sombra.
¿Pero qué significa un instante? Ese "carpe diem" del aquí y ahora... Todo lo que sentimos en un instante es indescriptible, y no volverá a repetirse. No habrá dos instantes iguales, pero todos son importantes. Nuestras vidas son instantes de Tiempo, y nuestros actos siguen un orden en el Tiempo.
Cuando damos nuestros primeros pasos, percibimos el Tiempo con lentitud, y a medida que crecemos, el Tiempo se acelera, los días se parecen entre sí porque dejamos de sorprendernos y, cuando un día nos miramos al espejo, es como si despertáramos, porque no nos reconocemos y sentimos que no recordamos nada desde hace mucho, mucho Tiempo.
¡Carpe Diem! Buen amigo.
El Tiempo pasa inexorable, estirándose y contrayéndose como si caminara a pequeños y grandes pasos. En realidad, en la terrena y limitada percepción de los seres humanos, el Tiempo se alarga y acorta. El Tiempo es la dimensión verdaderamente desconocida. Un instante no se vive igual bajo el sol ardiente que bajo la fresca sombra.
¿Pero qué significa un instante? Ese "carpe diem" del aquí y ahora... Todo lo que sentimos en un instante es indescriptible, y no volverá a repetirse. No habrá dos instantes iguales, pero todos son importantes. Nuestras vidas son instantes de Tiempo, y nuestros actos siguen un orden en el Tiempo.
Cuando damos nuestros primeros pasos, percibimos el Tiempo con lentitud, y a medida que crecemos, el Tiempo se acelera, los días se parecen entre sí porque dejamos de sorprendernos y, cuando un día nos miramos al espejo, es como si despertáramos, porque no nos reconocemos y sentimos que no recordamos nada desde hace mucho, mucho Tiempo.
¡Carpe Diem! Buen amigo.
viernes, 19 de marzo de 2010
Inteligencia
Querido amigo:
La inteligencia, igual que el color de los ojos, no se elige. Nacemos con los ojos castaños, verdes o azules, y con el coeficiente de inteligencia alto, medio o bajo. Ya está.
Nuestra sociedad tiende marginar a las personas menos inteligentes. No podemos tolerarlo, más bien al contrario, tenemos el deber de velar por ellas. La sociedad se inclina por aprovecharse de las personas menos capacitadas intelectualmente. ¡No lo consentiremos!
Es cierto que la mayoría de nosotros no saca todo el provecho que nos brinda el cerebro. El cerebro, la inteligencia, el pensamiento, etc.. son materias casi inexploradas. Pensar es el don del que disfruta el ser humano en la Naturaleza. No lo olvidemos, y esforcémonos por humanizarnos a través del pensamiento.
Sólo así, querido amigo, evitaremos que nuestra sociedad condene a aquellos que no nacieron bendecidos con inteligencia medio alta; evitaremos que la sociedad vuelva condenar a quienes nazcan sin pelo rubio u ojos azules.
Un abrazo sincero.
La inteligencia, igual que el color de los ojos, no se elige. Nacemos con los ojos castaños, verdes o azules, y con el coeficiente de inteligencia alto, medio o bajo. Ya está.
Nuestra sociedad tiende marginar a las personas menos inteligentes. No podemos tolerarlo, más bien al contrario, tenemos el deber de velar por ellas. La sociedad se inclina por aprovecharse de las personas menos capacitadas intelectualmente. ¡No lo consentiremos!
Es cierto que la mayoría de nosotros no saca todo el provecho que nos brinda el cerebro. El cerebro, la inteligencia, el pensamiento, etc.. son materias casi inexploradas. Pensar es el don del que disfruta el ser humano en la Naturaleza. No lo olvidemos, y esforcémonos por humanizarnos a través del pensamiento.
Sólo así, querido amigo, evitaremos que nuestra sociedad condene a aquellos que no nacieron bendecidos con inteligencia medio alta; evitaremos que la sociedad vuelva condenar a quienes nazcan sin pelo rubio u ojos azules.
Un abrazo sincero.
jueves, 18 de marzo de 2010
Metas
Querido amigo:
Recordando el verso de Antonio Machado “… se hace camino al andar…”, detengámonos a contemplar nuestro camino. Sabemos de dónde partimos, pero ¿adónde vamos? Eso es más difícil saberlo.
Muchas veces, tomamos derivas que otros antes tomaron, y no acabaron bien. Entonces, quienes más nos quieren saben mejor que nosotros hacia dónde vamos. Si les escuchamos, podemos intentar rehacer nuestros pasos para intentar tomar otro camino mejor.
Otras veces, nos planteamos una meta, un objetivo. Afortunados nosotros, pues no es fácil fijarse un fin, hace falta conocerse bien a uno mismo. Cada uno de nosotros ha heredado habilidades, gustos, talentos… Podemos ser útiles a los demás. Fijarse una meta no significa que la alcancemos, pero seguro que merece la pena intentarlo. Lo verdaderamente triste es que descubramos estos talentos nuestros y, a pesar de todo, acaben desperdiciándose.
Conocernos a nosotros mismos un poco mejor, nos ayudará a revelar nuestras virtudes, a fijarnos metas que aportar a nuestra sociedad, a sentirnos útiles por ello, y a amar tanto lo que hacemos como a nuestro pueblo que lo disfruta. Nos sentiremos de un lugar, vislumbraremos el camino por el que marchamos.
Buen camino.
Recordando el verso de Antonio Machado “… se hace camino al andar…”, detengámonos a contemplar nuestro camino. Sabemos de dónde partimos, pero ¿adónde vamos? Eso es más difícil saberlo.
Muchas veces, tomamos derivas que otros antes tomaron, y no acabaron bien. Entonces, quienes más nos quieren saben mejor que nosotros hacia dónde vamos. Si les escuchamos, podemos intentar rehacer nuestros pasos para intentar tomar otro camino mejor.
Otras veces, nos planteamos una meta, un objetivo. Afortunados nosotros, pues no es fácil fijarse un fin, hace falta conocerse bien a uno mismo. Cada uno de nosotros ha heredado habilidades, gustos, talentos… Podemos ser útiles a los demás. Fijarse una meta no significa que la alcancemos, pero seguro que merece la pena intentarlo. Lo verdaderamente triste es que descubramos estos talentos nuestros y, a pesar de todo, acaben desperdiciándose.
Conocernos a nosotros mismos un poco mejor, nos ayudará a revelar nuestras virtudes, a fijarnos metas que aportar a nuestra sociedad, a sentirnos útiles por ello, y a amar tanto lo que hacemos como a nuestro pueblo que lo disfruta. Nos sentiremos de un lugar, vislumbraremos el camino por el que marchamos.
Buen camino.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Empatía
Querido amigo:
Entre tú y yo hay una empatía, o no nos encontraríamos aquí y ahora. Empatía, en realidad, es confianza. Sin embargo, no empatizamos con toda persona que conocemos.
Unas veces, la timidez impide abrirse mínimamente a algunas personas. No hay empatía si no hay intercambio. La paciencia se impone en estos casos, abonando la relación con mucho cariño hasta que, como una flor que despliega sus pétalos, se revela el tímido espíritu.
Otras veces, desconfiamos de cuanto una persona hace o dice, y nos encerramos. Los sentimientos pertenecen a una esfera intimísima y esencial de nuestras vidas, por ello somos tan celosos a la hora de compartirlos. Superar la desconfianza hacia alguien es tan difícil como perdonar la traición de nuestros sentimientos.
Por último, no hay empatía sin equilibrio. Nos esclavizamos cuando no exigimos equilibrio en una relación, y admitimos la traición sucesiva de nuestros sentimientos por otra persona, de la cual tal vez esperamos una correspondencia de cariño que nunca llega a producirse. ¡Ojo! Nos esclavizamos nosotros mismos, no culpemos a la otra persona.
Un abrazo con mucha, mucha empatía.
Entre tú y yo hay una empatía, o no nos encontraríamos aquí y ahora. Empatía, en realidad, es confianza. Sin embargo, no empatizamos con toda persona que conocemos.
Unas veces, la timidez impide abrirse mínimamente a algunas personas. No hay empatía si no hay intercambio. La paciencia se impone en estos casos, abonando la relación con mucho cariño hasta que, como una flor que despliega sus pétalos, se revela el tímido espíritu.
Otras veces, desconfiamos de cuanto una persona hace o dice, y nos encerramos. Los sentimientos pertenecen a una esfera intimísima y esencial de nuestras vidas, por ello somos tan celosos a la hora de compartirlos. Superar la desconfianza hacia alguien es tan difícil como perdonar la traición de nuestros sentimientos.
Por último, no hay empatía sin equilibrio. Nos esclavizamos cuando no exigimos equilibrio en una relación, y admitimos la traición sucesiva de nuestros sentimientos por otra persona, de la cual tal vez esperamos una correspondencia de cariño que nunca llega a producirse. ¡Ojo! Nos esclavizamos nosotros mismos, no culpemos a la otra persona.
Un abrazo con mucha, mucha empatía.
martes, 16 de marzo de 2010
Justicia
Querido amigo:
La Humanidad dio un paso adelante cuando alguien, por primera vez en la Historia, no respondió con violencia a una ofensa. De alguna manera, aquel hito histórico supuso la superación por la razón de los instintos primitivos. Los animales se pelean, y los seres humanos no. Al menos, lo racionalmente normal sería que los seres humanos no recurriéramos a la fuerza para imponer nuestros criterios.
Avanzando un paso más, la Humanidad formula el Derecho para facilitar la convivencia en sociedad. Y fuera del Derecho ¿qué queda? Si los jueces tienen muchas veces dudas en la aplicación de la Ley ¡cuánto más difícil será juzgar lo que la Ley no contempla! Por ejemplo, si Fulano cometió un hurto, la Ley dispone cómo proceder; lo complejo es comprender por qué Fulano cometió el hurto. Posiblemente, en idénticas condiciones, también tú y yo hubiéramos terminado robando. Por eso, sólo podemos juzgar que robar no está bien, pero no juzgaremos la verdadera causa del robo. En este sentido, amigo mío, debemos asumir que cualquiera de nosotros es susceptible de acabar como Fulano.
De la comprensión surge el perdón y el conocimiento para resolver los problemas. Un abrazo.
La Humanidad dio un paso adelante cuando alguien, por primera vez en la Historia, no respondió con violencia a una ofensa. De alguna manera, aquel hito histórico supuso la superación por la razón de los instintos primitivos. Los animales se pelean, y los seres humanos no. Al menos, lo racionalmente normal sería que los seres humanos no recurriéramos a la fuerza para imponer nuestros criterios.
Avanzando un paso más, la Humanidad formula el Derecho para facilitar la convivencia en sociedad. Y fuera del Derecho ¿qué queda? Si los jueces tienen muchas veces dudas en la aplicación de la Ley ¡cuánto más difícil será juzgar lo que la Ley no contempla! Por ejemplo, si Fulano cometió un hurto, la Ley dispone cómo proceder; lo complejo es comprender por qué Fulano cometió el hurto. Posiblemente, en idénticas condiciones, también tú y yo hubiéramos terminado robando. Por eso, sólo podemos juzgar que robar no está bien, pero no juzgaremos la verdadera causa del robo. En este sentido, amigo mío, debemos asumir que cualquiera de nosotros es susceptible de acabar como Fulano.
De la comprensión surge el perdón y el conocimiento para resolver los problemas. Un abrazo.
domingo, 14 de marzo de 2010
Esclavos
Querido amigo:
El mejor esclavo es aquel que porta sus grilletes con orgullo. No me es fácil reconocer que nuestra sociedad -de la que tú y yo formamos parte, querido amigo- ha sido desposeída de libertad; de opinión; de instinto. Me entristece ver cómo el mercado lo devora todo, como si fuera ese Saturno que pintó Goya devorando a sus propios hijos.
El mercado es necesario, puesto que en él confluimos con el fruto de nuestro trabajo, contribuyendo al bienestar de la sociedad. Como no somos autosuficientes, encontramos en el mercado lo que necesitamos. Otra cosa distinta es cuando llamamos "sistema" a la "sociedad" y "gente" a las "personas". Entonces, el mercado se transforma en el instrumento del "sistema" para manipular a la "gente", y a sus sentimientos. Deja de ser el lugar de la sociedad donde se ayudan entre sí las personas.
Algo falla en las relaciones humanas cuando el mercado considera a las personas y como clientes, u ojetos de "marketing"; cuando el mercado se aprovecha de los sentimientos de las personas, como si fueran debilidades, para venderles más productos; cuando el mercado dicta cómo nos debemos vestir, qué debemos comer, leer, ver, escuchar, etc... Algo falla cuando el mercado, que debe ser pilar de la sociedad, expulsa ma quienes no pueden comprar.
Algo falla cuando margina a quienes desafían sus imposiciones o, en el mejor de los casos, engaña a quienes se sienten "fuera del mercado" -los "alternativos"- y los engulle con una línea de productos específica para ellos, lisonjeando sus "egos". Algo pasa cuando las relaciones humanas se corrompen por dinero.
Deseándote que no te manipulen, un fuerte abrazo.
El mejor esclavo es aquel que porta sus grilletes con orgullo. No me es fácil reconocer que nuestra sociedad -de la que tú y yo formamos parte, querido amigo- ha sido desposeída de libertad; de opinión; de instinto. Me entristece ver cómo el mercado lo devora todo, como si fuera ese Saturno que pintó Goya devorando a sus propios hijos.
El mercado es necesario, puesto que en él confluimos con el fruto de nuestro trabajo, contribuyendo al bienestar de la sociedad. Como no somos autosuficientes, encontramos en el mercado lo que necesitamos. Otra cosa distinta es cuando llamamos "sistema" a la "sociedad" y "gente" a las "personas". Entonces, el mercado se transforma en el instrumento del "sistema" para manipular a la "gente", y a sus sentimientos. Deja de ser el lugar de la sociedad donde se ayudan entre sí las personas.
Algo falla en las relaciones humanas cuando el mercado considera a las personas y como clientes, u ojetos de "marketing"; cuando el mercado se aprovecha de los sentimientos de las personas, como si fueran debilidades, para venderles más productos; cuando el mercado dicta cómo nos debemos vestir, qué debemos comer, leer, ver, escuchar, etc... Algo falla cuando el mercado, que debe ser pilar de la sociedad, expulsa ma quienes no pueden comprar.
Algo falla cuando margina a quienes desafían sus imposiciones o, en el mejor de los casos, engaña a quienes se sienten "fuera del mercado" -los "alternativos"- y los engulle con una línea de productos específica para ellos, lisonjeando sus "egos". Algo pasa cuando las relaciones humanas se corrompen por dinero.
Deseándote que no te manipulen, un fuerte abrazo.
sábado, 13 de marzo de 2010
Tristeza
Querido amigo:
¿Te sientes triste? Si no sintiéramos tristeza, tampoco podríamos sentir la alegría.
Los nubarrones que se cruzan en nuestras vidas empañan el alma. Despedidas, frustaciones, errores, malentendidos, dolor, etc... Ninguno deseamos la tristeza, pero ésta nos reafirma en nuestra condición de seres humanos ya que, como tales, amamos, y la tristeza es al amor como la piel a la manzana. La alegría, es pues, el corazón de la manzana.
Con la sabiduría que nos conceden los años, aprendemos a transformar la tristeza: si erramos, la tristeza nos espolea para no repetir nuestros errores; si nos despedimos, la tristeza tornará, tal vez, en melancolía, esa tristeza alegre que brota sólo de recuerdos dorados.
Cuando luzca la alegría, muy pronto, amigo mío, recuerda que algún día estuviste triste, y goza con mayor intensidad del júbilo presente.
Un abrazo.
¿Te sientes triste? Si no sintiéramos tristeza, tampoco podríamos sentir la alegría.
Los nubarrones que se cruzan en nuestras vidas empañan el alma. Despedidas, frustaciones, errores, malentendidos, dolor, etc... Ninguno deseamos la tristeza, pero ésta nos reafirma en nuestra condición de seres humanos ya que, como tales, amamos, y la tristeza es al amor como la piel a la manzana. La alegría, es pues, el corazón de la manzana.
Con la sabiduría que nos conceden los años, aprendemos a transformar la tristeza: si erramos, la tristeza nos espolea para no repetir nuestros errores; si nos despedimos, la tristeza tornará, tal vez, en melancolía, esa tristeza alegre que brota sólo de recuerdos dorados.
Cuando luzca la alegría, muy pronto, amigo mío, recuerda que algún día estuviste triste, y goza con mayor intensidad del júbilo presente.
Un abrazo.
viernes, 12 de marzo de 2010
Somos sentimientos
Querido amigo:
Las personas recordamos muy bien emociones y sentimientos. Otras cosas, como fechas, números, hasta nombres, etc… puede que fallen, pero siempre permanecerán grabados en nuestro corazón los sentimientos asociados a ciertos momentos de nuestra vida.
Es curioso, por ejemplo, que cuando cumplimos muchos años, revengan los recuerdos de la niñez. Tal vez porque de niños teníamos una gran capacidad de asombro –¡descubríamos la vida!-, y porque la inocencia nos protegía en mayor o menor medida de casi todo lo malo que nos rodeaba. Tal vez por eso que, en el invierno de la vida, revivimos nuestro asombro e inocencia.
Es curioso también que guardemos como un tesoro las cosas más sencillas que nos han dado. Una carta, un beso, ese consejo que esperábamos, una flor, una piedrecica, un poema, un cuento, un dibujo, una canción, una caricia, una sonrisa, una mirada, un chiste, un abrazo, una puesta de sol, etc… Somos las personas, amigo mío, un recuerdo detrás de otro, con un sentimiento en cada recuerdo. Somos sentimientos.
Todo esto, querido amigo, sucede si nos inspira un sentimiento profundo, y si no, no sucede. Sin sentimientos, otros regalos que nos hayan hecho en la vida, generalmente más materiales y complejos, caen irremediablemente en el olvido. Sorpréndete….
Las personas recordamos muy bien emociones y sentimientos. Otras cosas, como fechas, números, hasta nombres, etc… puede que fallen, pero siempre permanecerán grabados en nuestro corazón los sentimientos asociados a ciertos momentos de nuestra vida.
Es curioso, por ejemplo, que cuando cumplimos muchos años, revengan los recuerdos de la niñez. Tal vez porque de niños teníamos una gran capacidad de asombro –¡descubríamos la vida!-, y porque la inocencia nos protegía en mayor o menor medida de casi todo lo malo que nos rodeaba. Tal vez por eso que, en el invierno de la vida, revivimos nuestro asombro e inocencia.
Es curioso también que guardemos como un tesoro las cosas más sencillas que nos han dado. Una carta, un beso, ese consejo que esperábamos, una flor, una piedrecica, un poema, un cuento, un dibujo, una canción, una caricia, una sonrisa, una mirada, un chiste, un abrazo, una puesta de sol, etc… Somos las personas, amigo mío, un recuerdo detrás de otro, con un sentimiento en cada recuerdo. Somos sentimientos.
Todo esto, querido amigo, sucede si nos inspira un sentimiento profundo, y si no, no sucede. Sin sentimientos, otros regalos que nos hayan hecho en la vida, generalmente más materiales y complejos, caen irremediablemente en el olvido. Sorpréndete….
jueves, 11 de marzo de 2010
Homenaje
Querido amigo:
Hoy rendimos homenaje con la memoria a los inocentes que, hace 6 años, hubo quienes quisieron castigar. Tú y yo, querido amigo, éramos también objetivos de castigo.
Hemos de reflexionar por qué querían castigarnos, por qué tanto odio justificó tanta crueldad. Quizás, estaban enojados con nosotros sólo por vivir y pensar de manera diferente a ellos. ¿Acaso quisieron transmitirnos algún mensaje? ¿Acaso esperaban que, a raíz de los hechos, el miedo nos hiciera reconsiderar nuestra forma de vivir, y que nos convirtiéramos a su credo? Tal vez sus intenciones fueron buenas, excepto al pensar que, por sacrificar a inocentes, los demás “pecadores” adoptaríamos su “justo y espiritual" credo.
Perdieron su dignidad humana al obrar con tanto odio, y se hicieron indignos de profesar su “credo”, el cual demostraron no conocer muy bien. No sólo no nos castigaron, porque nadie tiene derecho a castigar a nadie, sino que, como reacción, el pueblo sacó su buen corazón y todo su amor para arropar a las víctimas. El pueblo demostró que sabemos amar, en contra de lo que los “píos devotos” creían. El pueblo demostró que sabemos entregarnos con solidaridad, sin pedir nada a cambio, y que por la fuerza no aceptaremos ningún credo ni nada, por bueno que sea.
Que la fuerza no nos da miedo. Que amamos, y como amamos, vamos a intentar perdonar. Ese es el mejor recuerdo que podemos tributar a las víctimas, quienes nunca dejarán de estar con nosotros. Sólo esperamos, que los responsables de aquello, quienes quisieron darnos una lección, hayan aprendido nuestra lección de amor, y que puedan algún día perdonarse a sí mismos.
Un abrazo muy , muy fuerte.
Hoy rendimos homenaje con la memoria a los inocentes que, hace 6 años, hubo quienes quisieron castigar. Tú y yo, querido amigo, éramos también objetivos de castigo.
Hemos de reflexionar por qué querían castigarnos, por qué tanto odio justificó tanta crueldad. Quizás, estaban enojados con nosotros sólo por vivir y pensar de manera diferente a ellos. ¿Acaso quisieron transmitirnos algún mensaje? ¿Acaso esperaban que, a raíz de los hechos, el miedo nos hiciera reconsiderar nuestra forma de vivir, y que nos convirtiéramos a su credo? Tal vez sus intenciones fueron buenas, excepto al pensar que, por sacrificar a inocentes, los demás “pecadores” adoptaríamos su “justo y espiritual" credo.
Perdieron su dignidad humana al obrar con tanto odio, y se hicieron indignos de profesar su “credo”, el cual demostraron no conocer muy bien. No sólo no nos castigaron, porque nadie tiene derecho a castigar a nadie, sino que, como reacción, el pueblo sacó su buen corazón y todo su amor para arropar a las víctimas. El pueblo demostró que sabemos amar, en contra de lo que los “píos devotos” creían. El pueblo demostró que sabemos entregarnos con solidaridad, sin pedir nada a cambio, y que por la fuerza no aceptaremos ningún credo ni nada, por bueno que sea.
Que la fuerza no nos da miedo. Que amamos, y como amamos, vamos a intentar perdonar. Ese es el mejor recuerdo que podemos tributar a las víctimas, quienes nunca dejarán de estar con nosotros. Sólo esperamos, que los responsables de aquello, quienes quisieron darnos una lección, hayan aprendido nuestra lección de amor, y que puedan algún día perdonarse a sí mismos.
Un abrazo muy , muy fuerte.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Acción
Querido amigo:
¿Es el mundo demasiado materialista? ¿Ponemos demasiadas esperanzas de felicidad en los bienes materiales? Depende de lo que cada cual entienda por felicidad.
Los seres humanos nos realizamos al proyectar nuestros actos en los demás. Nos realizamos actuando. Nadie se realiza comprando una casa, sino con el esfuerzo para lograr esa casa, o con el trabajo de levantar la casa con sus propias manos. Sin ese esfuerzo, no hay recompensa personal.
Querido amigo, te deseo que te muevas, que actúes, que pienses, etc… porque en las acciones, y no en los bienes en sí, hallaremos muchas respuestas sobre nosotros mismos.
Un abrazo.
¿Es el mundo demasiado materialista? ¿Ponemos demasiadas esperanzas de felicidad en los bienes materiales? Depende de lo que cada cual entienda por felicidad.
Los seres humanos nos realizamos al proyectar nuestros actos en los demás. Nos realizamos actuando. Nadie se realiza comprando una casa, sino con el esfuerzo para lograr esa casa, o con el trabajo de levantar la casa con sus propias manos. Sin ese esfuerzo, no hay recompensa personal.
Querido amigo, te deseo que te muevas, que actúes, que pienses, etc… porque en las acciones, y no en los bienes en sí, hallaremos muchas respuestas sobre nosotros mismos.
Un abrazo.
martes, 9 de marzo de 2010
Huír
Querido amigo:
Muy a menudo nos sentimos agobiados por cuanto y quienes nos rodean. La paciencia se nos consume, y quisiéramos huir. En tan tensos momentos, hacemos mejor en plantearnos cómo obrar para mejorar la asfixiante situación.
Huir es la solución más fácil, pero los problemas quedan sin resolver. Tenemos un compromiso con quienes nos rodean, pues también ellos sufren idénticos problemas. Pensemos, entonces, en cómo aportamos algo bueno a nuestros semejantes.
En efecto, querido amigo, podemos ayudar a los demás con nuestro trabajo o con nuestra actitud del día a día. Nuestra paciencia, nuestra comprensión, nuestro hombro es necesario. Sólo hay que desear lo mejor a los demás, y si cada uno de nosotros nos empeñáramos en tal premisa, se resolverían muchos problemas de convivencia. Sólo se saborea la felicidad cuando se comparte. No se puede ser feliz si hay tristeza a nuestro alrededor.
Paciencia y un abrazo.
Muy a menudo nos sentimos agobiados por cuanto y quienes nos rodean. La paciencia se nos consume, y quisiéramos huir. En tan tensos momentos, hacemos mejor en plantearnos cómo obrar para mejorar la asfixiante situación.
Huir es la solución más fácil, pero los problemas quedan sin resolver. Tenemos un compromiso con quienes nos rodean, pues también ellos sufren idénticos problemas. Pensemos, entonces, en cómo aportamos algo bueno a nuestros semejantes.
En efecto, querido amigo, podemos ayudar a los demás con nuestro trabajo o con nuestra actitud del día a día. Nuestra paciencia, nuestra comprensión, nuestro hombro es necesario. Sólo hay que desear lo mejor a los demás, y si cada uno de nosotros nos empeñáramos en tal premisa, se resolverían muchos problemas de convivencia. Sólo se saborea la felicidad cuando se comparte. No se puede ser feliz si hay tristeza a nuestro alrededor.
Paciencia y un abrazo.
lunes, 8 de marzo de 2010
Cortesía
Querido amigo:
Una vez leí que Confucio predicaba la observación rigurosa de la cortesía. Saludar, esperar, abrir la puerta, sonreír, dar la mano, ceder el asiento, el paso, dos besos, abrazar, etc… Confucio creía que estos buenos modales, aparentemente protocolarios, contribuían a mejorar la convivencia. En un país tan poblado como China, imagino que la convivencia no siempre es fácil.
De alguna manera, las buenas formas exigen de nosotros una atención hacia los demás. Implican que respetamos a los demás.
Reflexionando sobre el acto de “saludar”, entendemos que al regalar con un “Hola” o un “Adiós” a nuestro prójimo (aunque no le conozcamos), en el fondo le estamos deseando todo lo mejor. Con el tiempo, amigo mío, estas fórmulas de cortesía van cobrando valor y sinceridad, y dejan de ser artificiales o protocolarias. Viene a ser algo así como sonreír cuando nos sentimos tristes; la sonrisa, inicialmente forzada, acaba por alegrar un poco nuestra pena.
Que pases un día precioso y feliz. Un abrazo.
Una vez leí que Confucio predicaba la observación rigurosa de la cortesía. Saludar, esperar, abrir la puerta, sonreír, dar la mano, ceder el asiento, el paso, dos besos, abrazar, etc… Confucio creía que estos buenos modales, aparentemente protocolarios, contribuían a mejorar la convivencia. En un país tan poblado como China, imagino que la convivencia no siempre es fácil.
De alguna manera, las buenas formas exigen de nosotros una atención hacia los demás. Implican que respetamos a los demás.
Reflexionando sobre el acto de “saludar”, entendemos que al regalar con un “Hola” o un “Adiós” a nuestro prójimo (aunque no le conozcamos), en el fondo le estamos deseando todo lo mejor. Con el tiempo, amigo mío, estas fórmulas de cortesía van cobrando valor y sinceridad, y dejan de ser artificiales o protocolarias. Viene a ser algo así como sonreír cuando nos sentimos tristes; la sonrisa, inicialmente forzada, acaba por alegrar un poco nuestra pena.
Que pases un día precioso y feliz. Un abrazo.
domingo, 7 de marzo de 2010
Sinceridad
Querido amigo:
¿No te has preguntado alguna vez tu posición ante la vida? ¿La vida te ha llevado a ser lo que eres, o fueron tus propias decisiones quienes dibujaron tu destino?
Nadie ha elegido su nacimiento. No se puede decidir el lugar, ni los padres, ni el color de los ojos, etc... Uno nace, sin más. A partir de ese momento, empezamos a tomar decisiones.
Querido amigo, tú y yo vivimos porque tenemos una misión en la vida. ¿Cuál? Bien, sea cual sea nuestra misión, ésta carecerá de todo sentido si no se acompaña de una sincera intención de servir a los demás.
Esa sinceridad, esa pureza en nuestros actos, significa que obraremos libres de hastío, libres de intereses; significa que somos libres, que damos sentido a la vida, y que mil veces que naciéramos, actuaríamos de igual manera. Y, amigo mío, esa sinceridad depende de nosotros, pues nace con nosotros y sólo nosotros podemos decidir sobre ella.
Un abrazo.
¿No te has preguntado alguna vez tu posición ante la vida? ¿La vida te ha llevado a ser lo que eres, o fueron tus propias decisiones quienes dibujaron tu destino?
Nadie ha elegido su nacimiento. No se puede decidir el lugar, ni los padres, ni el color de los ojos, etc... Uno nace, sin más. A partir de ese momento, empezamos a tomar decisiones.
Querido amigo, tú y yo vivimos porque tenemos una misión en la vida. ¿Cuál? Bien, sea cual sea nuestra misión, ésta carecerá de todo sentido si no se acompaña de una sincera intención de servir a los demás.
Esa sinceridad, esa pureza en nuestros actos, significa que obraremos libres de hastío, libres de intereses; significa que somos libres, que damos sentido a la vida, y que mil veces que naciéramos, actuaríamos de igual manera. Y, amigo mío, esa sinceridad depende de nosotros, pues nace con nosotros y sólo nosotros podemos decidir sobre ella.
Un abrazo.
sábado, 6 de marzo de 2010
Cultura
Querido amigo:
Las personas pasan, y pasan los pueblos, las civilizaciones... Pasan las costumbres, las tradiciones, las lenguas... Pasan los siglos... y siempre quedan huellas, porque nadie pasa en silencio, nadie se va sin legarnos algo.
La cultura es el álbum de recuerdos de la relación de la Humanidad con la Naturaleza. El arte es el lenguaje de la cultura, por el cual ésta perdura a través de los siglos, por el cual nuestros ancestros comparten con nosotros sus sentimientos, por el cual nosotros compartiremos nuestros sentimientos con nuestros herederos.
La cultura es el espíritu inmortal de la Humannidad, que se alimenta continuamente de cuantos aspectos definen nuestra relación con la Naturaleza: entre la vida y la muerte. La cultura vive cada día, y nosotros formamos parte de ella, y contribuimos a enriquecerla,...o a destruirla.
Destruyendo la cultura nos deshumanizamos, nos vaciamos, arruinamos nuestras raíces, condenamos al olvido la memoria de nuestros ancestros.
Afortunados nosotros, querido amigo, hermanos de poesía.
Un abrazo.
viernes, 5 de marzo de 2010
Las palabras
Querido amigo:
El siglo XX se ha caracterizado, entre otras muchas cosas, por una mayor interrelación entre pueblos y culturas. Los medios de transporte han permitido recorrer grandes distancias en menos tiempo. Los pueblos hemos aprendido los idiomas de otros pueblos. Los idiomas unen, y contribuyen a derribar fronteras, a acercar a la Humanidad, a compartir conocimiento.
El idioma, entre los muchos lazos que se estrechan entre las personas, es uno de los más importantes. Al aprender un idioma, rendimos homenaje al acervo cultural e histórico de toda una comunidad. Al hablar a alguien en su propio idioma, le halagamos.
Por otra parte, sea el idioma que hablemos, cuando se establece la comunicación, pasamos muchas veces por alto el valor de cada palabra. Las palabras transmiten experiencias, buenas y malas. No deben malgastarse las palabras. Tal vez, amigo mío, derrochamos muchas palabras. Tal vez, amigo mío, si meditáramos antes, sólo emplearíamos las palabras imprescindibles. Y, tal vez, sólo entonces, evitaríamos arrepentirnos del daño que puedan causar nuestras palabras.
Un abrazo.
El siglo XX se ha caracterizado, entre otras muchas cosas, por una mayor interrelación entre pueblos y culturas. Los medios de transporte han permitido recorrer grandes distancias en menos tiempo. Los pueblos hemos aprendido los idiomas de otros pueblos. Los idiomas unen, y contribuyen a derribar fronteras, a acercar a la Humanidad, a compartir conocimiento.
El idioma, entre los muchos lazos que se estrechan entre las personas, es uno de los más importantes. Al aprender un idioma, rendimos homenaje al acervo cultural e histórico de toda una comunidad. Al hablar a alguien en su propio idioma, le halagamos.
Por otra parte, sea el idioma que hablemos, cuando se establece la comunicación, pasamos muchas veces por alto el valor de cada palabra. Las palabras transmiten experiencias, buenas y malas. No deben malgastarse las palabras. Tal vez, amigo mío, derrochamos muchas palabras. Tal vez, amigo mío, si meditáramos antes, sólo emplearíamos las palabras imprescindibles. Y, tal vez, sólo entonces, evitaríamos arrepentirnos del daño que puedan causar nuestras palabras.
Un abrazo.
jueves, 4 de marzo de 2010
Juventud
Querido amigo:
Joven es quien se siente joven, no importa la edad que tengamos. Los jóvenes siempre tenemos preguntas, siempre tenemos “por qués”.
Hay quienes dejan de hacerse preguntas durante la infancia, o durante la adolescencia. Puede ser que ya lo sepan todo a tan temprana edad, o bien que ya nada más les interese. Han llegado a su zénit, y empiezan a envejecer.
Hay quienes, como tú y yo, querido amigo, mantenemos la curiosidad despierta hasta el final. Siempre seremos jóvenes.
De alguna manera, tenemos el compromiso de ayudar a rejuvenecer a quienes nos rodean.
Un abrazo
Joven es quien se siente joven, no importa la edad que tengamos. Los jóvenes siempre tenemos preguntas, siempre tenemos “por qués”.
Hay quienes dejan de hacerse preguntas durante la infancia, o durante la adolescencia. Puede ser que ya lo sepan todo a tan temprana edad, o bien que ya nada más les interese. Han llegado a su zénit, y empiezan a envejecer.
Hay quienes, como tú y yo, querido amigo, mantenemos la curiosidad despierta hasta el final. Siempre seremos jóvenes.
De alguna manera, tenemos el compromiso de ayudar a rejuvenecer a quienes nos rodean.
Un abrazo
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