Querido amigo:
La inteligencia, igual que el color de los ojos, no se elige. Nacemos con los ojos castaños, verdes o azules, y con el coeficiente de inteligencia alto, medio o bajo. Ya está.
Nuestra sociedad tiende marginar a las personas menos inteligentes. No podemos tolerarlo, más bien al contrario, tenemos el deber de velar por ellas. La sociedad se inclina por aprovecharse de las personas menos capacitadas intelectualmente. ¡No lo consentiremos!
Es cierto que la mayoría de nosotros no saca todo el provecho que nos brinda el cerebro. El cerebro, la inteligencia, el pensamiento, etc.. son materias casi inexploradas. Pensar es el don del que disfruta el ser humano en la Naturaleza. No lo olvidemos, y esforcémonos por humanizarnos a través del pensamiento.
Sólo así, querido amigo, evitaremos que nuestra sociedad condene a aquellos que no nacieron bendecidos con inteligencia medio alta; evitaremos que la sociedad vuelva condenar a quienes nazcan sin pelo rubio u ojos azules.
Un abrazo sincero.
viernes, 19 de marzo de 2010
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