lunes, 8 de marzo de 2010

Cortesía

Querido amigo:

Una vez leí que Confucio predicaba la observación rigurosa de la cortesía. Saludar, esperar, abrir la puerta, sonreír, dar la mano, ceder el asiento, el paso, dos besos, abrazar, etc… Confucio creía que estos buenos modales, aparentemente protocolarios, contribuían a mejorar la convivencia. En un país tan poblado como China, imagino que la convivencia no siempre es fácil.

De alguna manera, las buenas formas exigen de nosotros una atención hacia los demás. Implican que respetamos a los demás.

Reflexionando sobre el acto de “saludar”, entendemos que al regalar con un “Hola” o un “Adiós” a nuestro prójimo (aunque no le conozcamos), en el fondo le estamos deseando todo lo mejor. Con el tiempo, amigo mío, estas fórmulas de cortesía van cobrando valor y sinceridad, y dejan de ser artificiales o protocolarias. Viene a ser algo así como sonreír cuando nos sentimos tristes; la sonrisa, inicialmente forzada, acaba por alegrar un poco nuestra pena.

Que pases un día precioso y feliz. Un abrazo.

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